
Introducir un nuevo miembro perruno en nuestra familia es siempre motivo de alegría, pensamos en todas las cosas positivas que nos va a aportar esta decisión, cariño, amor, diversión, compañía…
Sin embargo también hay responsabilidad, compromiso, gastos veterinarios, de alimentación, cuidados, educación y tiempo adecuado que dedicar a nuestro perro.
Si decides tener un perro en casa, valora si puedes satisfacer todas sus necesidades, ya que no son necesidades puntuales, sino que formarán parte de tu día a día durante muchos años de tu vida.
- Rutina de alimentación definida y de calidad. 2 veces al día en caso de perro adulto y 3 en caso de cachorro
- Rutina de paseos. Al menos 3 veces al día, de duraciones razonables, al menos 1 paseo de larga duración. Cada 2 horas en caso de introducir un cachorro.
- Juego diario. Dedicar ratos para jugar con nuestro peludo adecuadamente y fortalecer nuestro vínculo.
- Ejercicio físico moderado, en función de la edad, y necesidades del perro.
-Juego de estimulación mental. Juguetes tipo Kong, de inteligencia y de olfato para su entretenimiento y especialmente útil para que el perro aprenda a quedarse en casa tranquilo y entretenido y prevenir problemas de comportamiento en momentos de soledad.
- Educación básica. Se recomienda contar con la ayuda de un buen profesional que te ayude a comprender y enseñar a tu perro, cuanto antes mejor, así podrás prevenir problemas de comportamiento futuros y conflictos en tu día a día.
- Cuidados básicos. Higiene dental, cepillado habitual, baños mensuales.
- Visitas al veterinario y gastos que conlleva. Desparasitaciones internas trimestrales, desparasitaciones externas, vacunas, analíticas, consultas, tratamientos por enfermedad, gastos imprevistos por necesidad de alguna cirugía, seguro para el perro, etc... son gastos necesarios cuyo coste varía en función del tamaño del perro, de sus necesidades, y de su momento vital.
Piensa bien si te encuentras en el momento adecuado para tener un perro, piensa si eres tú la persona que lo desea, pues quien/quienes toman la decisión deben asumir la responsabilidad.
En estas fechas es habitual querer “regalar” un perro o un cachorro y esta es una concepción errónea de lo que resulta ser un perro, pues hablar del concepto regalo no hace ningún bien, más que cosificar un ser sintiente.
Un perro no es un regalo, no es un objeto, es un miembro más de la familia que merece respeto y felicidad, por esto debemos ser responsables y asegurarnos de que los beneficios de convivir van a ser mutuos, y no resultado de un momento de egoísmo emocional que se pasará cuando el cachorro crezca, que se pasará cuando el perro sea mayor y no sea tan bonito como antes, que se pasará cuando nos topemos con el primer problema que tengamos, que se pasará cuando el niño al que se lo hemos regalado centre el interés en otra cosa, que se pasará cuando una familia se separe, que se pasará cuando lleguen las vacaciones y decidamos que el perro no viene con nosotros.